No te hiere el relámpago de azotes
incendiario del bien y de la historia,
no la voz del engaño, divisoria,
como el hierro en el mar de los galeotes.
incendiario del bien y de la historia,
no la voz del engaño, divisoria,
como el hierro en el mar de los galeotes.
No han de prevalecer estos barrotes
forjados en la roja desmemoria,
ni la opaca o mendaz declamatoria,
ya estéril, sin racimos y sin brotes.
forjados en la roja desmemoria,
ni la opaca o mendaz declamatoria,
ya estéril, sin racimos y sin brotes.
Regresas porque sólo fuiste Ausente,
sólo el crujir veloz de algún alfanje
desenvainando un cielo legionario.
sólo el crujir veloz de algún alfanje
desenvainando un cielo legionario.
Tu laconismo militar: presente,
tus caídos por Dios y por Falange,
en la recia piedad de un obituario.
tus caídos por Dios y por Falange,
en la recia piedad de un obituario.
Antonio Caponnetto