Los Obispos más ancianos de la Iglesia

Enviado por Esteban Falcionelli en Jue, 09/08/2007 - 11:49pm
Agosto es mes de escasas noticias eclesiales y a veces cuesta trabajo hallar tema para una comparecencia diaria que no quiero interrumpir.

 

A la espera de que el nuncio quiera mover otra ficha en nombramientos espiscopales hoy dudé sobre si decir algo sobre esa monja benedictina de Montserrat que ha aparecido en tantos Blogs y comentarios.

 

Pero encontrándome en tanta coincidencia con lo que ya han dicho varios sobre esa bobina con b, la dejo con sus enamoramientos o con lo que quiera y os hablo de otra cosa.

 

Os traigo, pues, algo mucho más curioso que trascendente. La edad de nuestros más viejos obispos. Debo declarar en primer lugar mi reconocimiento agradecido a quienes han vivido tantos años de entrega, amor y servicio a la Iglesia. No me cabe la menor duda de que todos la amaron aunque algunos tal vez equivocadamente. Están todos muy próximos al encuentro con el Padre. Que seguro les recibirá con amor.

 

Hoy, la mayoría de esos nombres apenas le dirán nada a nadie. En muchísimos casos ni a la gran mayoría de los que fueron sus diocesanos. Pero hay alguien que sabe de sus trabajos, de sus sufrimientos, de sus alegrías y hasta de sus miserias. Lo sabe amándoles, esperándoles, perdonándoles.

 

Tres de ellos son centenarios. El vietnamita Nguyen Van Thuin y el italiano Mennona tienen 101 años y el coreano Hong Yong-ho 100.

 

Con 99 tenemos al francés, emérito de Laval, Carrière y con 98 a otro vietnamita. y seis tienen más de 97 años: dos franceses, un australiano, un brasileño, un mejicano y un norteamericano.

 

Por esos motivos que Dios sólo conoce está retrasando el abrazo paternal a esos dos obispos del Vietnam que le demostraron su amor en aquellos terribles días de la persecución comunista. No sé cual es hoy su estado físico, si a esa edad se dan cuenta de la espectacular resurrección de la Iglesia vietnamita. Ojalá puedan ser conscientes de que tanta fidelidad, tanto dolor, han hecho el milagro. Y que lo que parecía perdido es hoy espléndida realidad eclesia. Y hasta pudiera ser que el Señor les mantenga aquí para que vean el fruto de tanto sufrimiento. ¿Qué sabemos nosotros del peso de las cosas que Dios mide en sus altas balanzas de cristal?

 

En ese centenar de nombres hay ocho cardenales. El decano es el salesiano austriaco cardenal Stickler a punto de cumplir 97 años. Una gran figura de la Iglesia y del Colegio cardenalicio. Con 96 años tenemos al jesuita Kozlowiezki y al benedictino Mayer. El italiano Tonini tiene 93 y el también de esa nacionalidad, que había sido nuncio en España, Innocenti los cumple dentro de catorce días. Con 92 tenemos a Swiatek y Margeot y con 91 a Angelini.

 

Entre esos cien hay cuatro españoles. El emérito auxiliar de Barcelona Daumal con 95 años es quien encabeza la lista, en la que ocupa el puesto veintisiete. Le siguen, naturalmente todos eméritos, el excelente obispo que fue de Orihuela-Alicante, Don Pablo Barrachina, con 93, el castrense y muy mediocre Benavent, de su misma edad y Don Damián Iguacén, que terminó sus días activos en Tenerife, con 91. Me dicen que Don Damián, obispo bueno donde los haya, sigue activísimo pese a sus tantos años.

 

Como ya he dicho la mayoría de esos nombres ya no dicen nada hoy a casi nadie. Los mismos cardenales están muy diluidos en el recuerdo. Entre ellos voy a mencionar a tres que algunos recordarán. El arzobispo Jadot, con importante cargo curial, tiene ya 97 años. El ultraprogresista brasileño, Cándido Padim, que en su retiro ha seguido apoyando a la peor Iglesia, 91. Y esos mismos años tiene el otrora omnipotente Loris Capovilla.

 

Los tres son solamente el pasado.