Un mal día

Enviado por Esteban Falcionelli en Vie, 29/04/2011 - 11:16pm

Este asunto del beato me tiene hasta los cojones. Y no sólo me acojonan los otros, sino los propios, y que me acojona la propia facha que me veo en el espejo la maldita mañana en que me afeito.

Y que luego subo al auto y me encuentro en la radio un soplapollas de voz aflautada que dice ser “vocero” del obispado dando grititos y saltitos de alegría por el asunto; se hacía pichí de alegría el grandísimo puto. “¡El patrono de la juventud y de la libertad! ¡un hombre libre! cacareaba la loca…. “¡Liberal… pelotudo” me decía para adentro mientras le tiraba el coche encima a una vieja que no sabía por donde encajar su monovolúmen en el tránsito del orto.

Que me bajo y me escondo este viernes de mierda en la oficina y soy tan choto que  no puedo dejar la mierda de costumbre de abrir el internete y que dale con que es santo, o que mal día lo parieron para andar de monigote de los moros o entre los gregüescos de los marranos.

Y luego los amigos y sus correos… maldita la hora… que me cargan la romana hasta el hartazgo…,  que  un plumífero del Opus no se qué carajos regurjita con su cerebro engominado …“que si continuidad… que si reformas,,,” y que la madre que lo parió a él y a su sotana de Dior y a sus rebusques de leguleyo que bien se los meterá por el culo en la hora del Juicio cuando le aparezca por la puerta un bruto Pescador chancleta en mano para decirle… “Hombree, que si las cagas, lloras; y no andas de nalga apretada escondiendo los peditos…”. Me imagino al gilipollas escribiendo en su escritorito coqueto con ordenador de puta madre y recibiendo desde el marquito de plata la sonrisa pringosa del “padre”.

Luego viene otro con aquella  de que unos buenos mitrados están fulos por lo del súbito beato, pero que no se estila lo de andar en puteadas… y que te escribo esto y que me respondes de muy buenas maneras… y que si le damos vueltas al asunto muy civilizadamente…, y que porque no se meten las manos dentro de las faldas haber si los tienen puestos y dicen de una vez “mierda mierda… esto es pura mierda; que mierda. Mierda”.

Y que por otro lado me llega  que hay que rezar rosarios para que se les acomode la bosta del cerebro, cuando vengo, mierda mierda, rezando para que llegue el puto del auto sin romperse hasta la feria y a ver si cuajo unos mangos para irme al puto campo unos días y no verle la cara a nadie. Qué novenas ni ocho cuartos, que no gasten pólvora en chimangos, que recen por mí y la gravidés de mis pelotas, que de buscar el pienso y lo que pienso están que me revientan.

Que quiero  hacerme bizantino… que me ha llegado un cura o no sé que cornos se llama (que me manda otro internauta , cagüenel) que dice que el beato adoraba al mandinga y así me va gustando, que se aclara… mierda mierda.

Pero salgo de ahí y me encuentro un butifarra en Panorama “que el que no obedece al santopadre” no se que mierdas le pasa, y que el muy boludo cree que porque le conversamos  le estamos pidiendo permiso para entrar a la Iglesia y que me sale no se con qué requisitos de admisión y si es que me perdona, y que lo revolearía del fondillo del culo a él y a su religión de maracas,  y que ¡maldito el día que el beato nos llenó de putos!, que si es cierto que de ellos hay que cuidar los hijos, que no me dejen a tiro sus hermanas si son buenas hembras y se encuentran saludables.

De allí salto a una serie de boludos caminantes que hablan de sí mismos y sus experiencias existenciales, y se remean de placer de ser tan cultitos y tan decadentes que no sé que conceptos de belleza y otras porongas los ocupan mientras todo se va a la mierda. Y el otro que ¡viva la patria! y el tambor del negro Falucho… y yo que me pregunto. . ¡¿Que mierda es todo esto y que mierda tengo que ver yo en todo esto…?! Que al final si sos católico te pasas el día hablando de putos y con putos y tratando de no espantar un montón de cagones y cabrones para ver si no te quitan la Misa.  Me cagüentodos y de más,  en el internete y la madre que lo parió junto con la radio y el diario… y luego pienso… esto debería publicarlo en algún lado (y sé que me arrepentiré) … ¡pero mierda Esteban¡, ¡hay derecho a tener un dia malo!.

Aclaración: No pidan que firme… ¡que mierda! Saben que soy yo.