El lunes 22 de octubre del 2012, el presidente de la República Oriental del Uruguay, José Mujica Cordano (ex guerrillero tupamaro devenido en zurdo idílico cuando está en pedo, o sea, casi siempre) promulgó la vergonzosa ley del aborto con uno de esos eufemismos rimbombantes que los bolches le ponen a cualquier cosa: Ley de Salud Sexual y Reproductiva. La ley había sido votada por una acotada mayoría de parlamentarios que se consiguió con un pacto entre todos los votantes del Frente Amplio –la manada zurda- y el Partido Independiente, que no son ni fú ni fá, pero son más fá (o sea, más Frente Amplio) cuando las papas queman, porque ya se sabe que los izquierdistas “moderados” y los masones se toman un par de copas y terminan siempre encamados con los comunistas de mierda.
A instancias mayoritarias –aunque no sólo- del Partido Nacional, de extracción católica aunque algún senador les votó el matrimonio a los putos, se juntaron las firmas necesarias para habilitar una instancia previa al referéndum.
En suma: que este domingo, los que vayamos a votar tendremos que juntar más del 25% del electorado para someter a referéndum en octubre la ley abortera. Seguramente se llegue, y sobrado, a propiciar el referéndum.
Ahora bien, no quiero aburrir con minucias cívicas extranjeras a los lectores de esta página, que no son entusiastas de la democracia precisamente. Así que voy a la anécdota o la noticia en sí.
Una de las que apareció instando a votar fue Claudia Fernández: “actriz”, vedette, bailarina de Tinelli, ordinaria, lechuza ciega (porque busca el palo más grueso para sentarse) que en Argentina le fue como el culo y la mandaron de vuelta a Uruguay, como si en Argentina no hubiera “vedettes” de esa calaña y precisaran mano de obra extranjera.
Pues bien, que la muy asustadiza se recagó en las patas cuando el zurdaje aborteril y feminoide la puteó en las redes sociales, y mandó bajarse del spot publicitario. Aquí está su muy conceptuosa argumentación mientras se limpiaba el ojete del cagazo a que el Gobierno bolchevique le sacara la publicidad a su programa berreta:
“Me parecía importante que se debatiera un tema tan importante, pero una minoría no entendió. Pensaron que yo estaba en contra de la legalización del aborto, cosa que yo no dije en el spot. No me interesa la política y tampoco estar en el debate sobre el aborto. Tengo mi posición pero no mi interesa hacerla pública. Solo participé porque me parecía importante que se debatiera, pero algunos no le entendieron así”.
Y culminó con esta franqueza del más puro cinismo:
“En este momento sólo me interesa el estreno de mi programa”.
Y sí: ésta lo único que le queda por estrenar es un programa, porque todo lo demás lo estrenó hace años y con localidades agotadas.
“Que tu palabra sea sí, cuando es sí; y no, cuando es no. Lo que pasa de ahí, viene del maligno” (San Mateo 5.37).