Los Stella Awards son unos premios judiciales que se dan anualmente y que recogen las sentencias judiciales más absurdas. Estos premios deben su nombre a Stella Liebeck, que en 1992, a la edad de 79 anos, sufrió un accidente en un McDonalds al caérsele por encima el café produciéndole quemaduras de diversa consideración. Fue indemnizada con 2.9 millones de dólares. Desde entonces, en las tazas de café se advierte de que el contenido esta muy caliente y de su peligro.
PREMIOS:
SEPTIMO PUESTO Kathleen Robertson de Texas fue indemnizada con 780.000 dólares por un jurado tras romperse un tobillo después de tropezar y caerse por culpa de un niño que estaba corriendo en una tienda de cocinas. Los dueños de la tienda se sorprendieron al ser obligados a pagar dicha cantidad, mas aun al saber que el niño que tan mal se había comportado era el hijo de la señora Robertson.
SEXTO PUESTO Carl Truman de Los Ángeles y de 19 años, gano 74.000 dólares mas los gastos médicos cuando un conductor pasó por encima de su mano con el coche, un Honda Accord. Carl Truman no se dio cuenta de que había alguien al volante del coche cuando se puso a robarle los tapacubos.
QUINTO PUESTO Terrence Dickson, de Pennsylvania, estaba abandonando una casa después de robarla, y decidió salir por el garaje. No fue capaz de salir por la puerta del garaje porque estaba rota, y al intentar volver a la casa se dio cuenta de que la puerta que conectaba ambas estancias era de un único sentido y no podía salir o volver a la casa. La familia estaba de vacaciones, y el señor Dickson estuvo encerrado en el garaje durante 8 días. Para sobrevivir, lo hizo a base de Pepsi y un enorme saco de comida para perros que encontró. Denuncio al dueño de la casa por los danos morales sufridos por aquel incidente, y el jurado accedió a situar la indemnización del propietario al ladrón en 500.000 dólares.
CUARTO PUESTO Kara Walton de Claymont, Delawere , denuncio con éxito al propietario de un pub nocturno de la ciudad cuando ella se cayo desde la ventana del baño al suelo y se rompió los dientes contra el suelo. Esto ocurrió mientras la señorita Walton intentaba colarse por la ventana del baño de mujeres para no pagar la cuenta de 3,50 dólares. El propietario tuvo que pagarle 12.000 dólares y gastos dentales.
TERCER PUESTO Un restaurante de Philadelphia tuvo que pagar 113.500 dólares a Amber Carson, después de que resbalara con un refresco y se rompiera el coxis. Dicho líquido estaba en el suelo porque ella se lo había lanzado a su novio media hora antes durante una pelea.
SEGUNDO PUESTO Jerry Williams, de Arkansas, percibió 14,500 dólares más los gastos médicos después de ser mordido en el culo por el perro de su vecino. El perro estaba en una jaula dentro del jardín de su propietario encerrado. La indemnización fue menor al percibir el jurado una cierta provocación en el hecho de que el señor Williams estuviera disparándole al perro desde arriba de la jaula con una pistola de bolas.
CAMPEON Mr. Merv Grazinski, de Oklahoma City, en Noviembre de 2000 se compró una caravana marca Winnebago de las grandes (de las que son a la vez coche y caravana). En su primer viaje, estando en una autovía, seleccionó el dispositivo que fija una velocidad de crucero a 70 millas por hora (unos 120 km/h) y se fue a la parte de atrás a prepararse un café, con la caravana en marcha a semejante velocidad. No sorprende el hecho de que el camión/caravana siguiera recto y tomara la tangente en la primera curva y colisionara. Mr. Grazinski contrariado denunció a Winnebago por no advertirle en el manual de uso de que el programador de velocidad no es un piloto automático que toma curvas, frena cuando es necesario e incluso detiene el vehículo si preciso fuere. Por ello, fue recompensado con 1,750,000$ más una nueva caravana.
Actualmente, Winnebago advierte de tal circunstancia en sus manuales, para el caso de que algún otro imbécil compre uno de sus vehículos. Después de esto, ¿a quien le sorprende que en el cuestionario que te dan en el avión cuando vas a los EEUU te pregunten si vas a cometer un delito o un acto terrorista?.
De cualquier forma, urge introducir en el mundo hispanoamericano, y también en Europa, estos interesantes galardones. Muestran a un pueblo que sabe reírse de sí mismo, no sólo de sus películas -los famosos ‘Razzie’ o antioscar-, sino de su Administración judicial.
Lo dice: Hispanidad