Como dicen las viejas, la mentira tiene patas cortas y, como dicen los abogados, a confesión de parte relevo de prueba. Al fin y al cabo, parece que el denigrado personaje no tenía las peores intenciones. Eso me recuerda la anécdota tantas veces comentada por AJA -raro en él, poco dado a las reiteraciones-, que habiendo militado sucesivamente en las dos agrupaciones juveniles nacionalistas que tenían una fuerte presencia a principios de los sesenta, cuando organizaban actos públicos, eran invitadas organizaciones de residentes árabes para incrementar el caudal de la concurrencia, que lo hacían con mucho entusiasmo hasta que nuestros muchachos a coro gritaban, "judíos a Israel"; claro, para ellos, o sus parientes, eso no era negocio, puesto que significaba una cercanía molesta. En cuanto a los "hermanos mayores", no era desearles nada malo: ¿acaso los católicos podríamos agraviarnos porque nos mandaran a Roma? Aunque una, que tengo muy cerca, querría que la mandasen a París y con pasaje de ida (total, dice, queda a tiro de Avignon).
El Holocausto judío entró al ruedo del conflicto palestino-israelí. Quien lo trajo fue el primer ministro Benjamin Netanyahu, al afirmar que "Adolf Hitler no quería exterminar a los judíos", sino que fue el mufti -líder palestino intérprete de la ley islámica- de Jerusalén quien lo convenció del genocidio.
"Hitler en ese momento no quería exterminar a los judíos, sino expulsarlos -dijo Netanyahu-. El mufti le dijo: «Si los expulsas, vendrán a Palestina». «¿Qué debería hacer?», le preguntó. Y el mufti contestó: «Quémalos»."
Las afirmaciones del premier durante el Congreso Mundial Sionista provocaron malestar y encendieron la polémica entre los palestinos, pero también dentro de Israel, y motivaron la reacción del gobierno alemán, que reafirmó la responsabilidad de los nazis. El líder de la oposición israelí, Isaac Herzog, señaló que se trata de una "peligrosa distorsión".
"Pido a Netanyahu corregirla inmediatamente porque minimiza la Shoá y la responsabilidad de Hitler en el terrible desastre de nuestro pueblo. El hijo de un historiador debería ser preciso sobre la historia."
El propio Centro Wiesenthal de Jerusalén habló de "afirmaciones totalmente sin base".
Desde Ramallah, la sede administrativa de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), el líder palestino, Mahmoud Abbas, rechazó las declaraciones sobre el mufti como indefendibles y difamatorias. "Netanyahu quiere cambiar la historia del pueblo judío", declaró.
Los medios alemanes, que se hicieron eco de la noticia, destacaron que la persecución de los judíos comenzó mucho antes de que el gran mufti Haj Amin al-Hussein visitara a Hitler en noviembre de 1941. Recordaron que el genocidio estaba en marcha por orden de Hitler en varios campos de concentración.
También Berlín se distanció de los dichos del premier israelí. "Somos conscientes de la responsabilidad primigenia de Alemania en este crimen contra la humanidad", dijo el vocero de la jefatura de gobierno, Steffen Seibert.
Fuente: La Nación