Por lo tanto continúa aún vigente aquella sentencia -en este caso- para toda la partidocracia argentina:
"Desertor y traidor, quien preste su colaboración material, sus servicios, sus talentos, su ayuda, su voto político a los partidos y a los poderes que niegan a Dios".
S.S. Pío XII, 8 de diciembre de 1947.