Leyendo algunas de sus geniales cartas.
“El Concilio Vaticano II hay que borrarlo todo de un plumazo. No hay nada que me interprete, salvo las cuestiones dogmáticas en que se cita a concilios anteriores. Hay cosas que las pudo haber redactado el más pintado de los liberales. Hubo malos manejos, hubo censura, hubo manipulación, se alteraron las comunicaciones. Lo que no sea dogma puedo borrarlo de un plumazo y no caer en herejía. Los papas que lo convocaron dijeron que era un concilio puramente pastoral. Sólo los dogmas de fe uno está obligado a acatarlos”. [Osvaldo Lira a Parrini en 1993].
“En eso soy inclaudicablemente conservador. El rito juega un gran papel, que es rodear al acto de la importancia que tiene. A nosotros la grandeza nos entra por los ojos. Antes, en la comunión, cuando se caía una hostia al suelo se ponía un purificador para que nadie la pisara, como una muestra de respeto. Hoy día da lo mismo. Un padre amigo me contó de un cura en Italia que echaba a la basura las hostias que sobraban. ¡Qué le parece! Yo digo en Latín la Misa diaria en el Altísimo que hay en casa. En Europa se está volviendo al latín, que es la lengua madre”. [Osvaldo Lira a Parrini en 1993].
“En cuanto al gobierno, soy partidario del estado corporativo, pero no del fascista, sino del estado corporativo tradicional. Tiene que haber un jefe de Estado que tenga la triple función, y eso no es absolutismo, debido a que los súbditos tienen un derecho natural que no depende del gobernante, depende de Dios, porque Dios los ha creado y Dios los está creando. Y, justamente, la condición humana de animal racional -imagen de Dios por creación e hijo de Dios por adopción- es el dique que tiene el gobierno para no extralimitarse. En cambio en este sistema, para que el gobernante no se extralimite, fraccionan el poder público corno un queso. El Pueblo, desde la visión tomista, debe organizarse en gremios, en corporaciones, que no sólo tienen que ser laborales, sino también intelectuales, y que esas personas tengan sus representantes en el poder, público. A un amigo, que me preguntó cómo funcionaría este Estado, le dije: deja el potencial simple y pon el pretérito indefinido -cómo "funcionó" ese estado-, porque funcionó: ese fue el régimen del imperio español de Felipe II y funcionó tan "mal" que España llegó a tener un imperio donde no se ponía el sol”. [Osvaldo Lira a Parrini en 1993].