Rebelión en la granja

Enviado por Esteban Falcionelli en Vie, 02/05/2008 - 9:54pm
Como en la novela de G. Orwell, el régimen de animales comienza a desmoronarse a causa de sus propias acciones.
El tipo –que es sojero y político de este mismo régimen- no puede quemarse y quizás es el primero de una larga lista de “empelotados”. Ya tiene a todo su pueblito que lo apoya incondicionalmente. ¿Se prenderán otros?.
La carta:
Estos últimos días se estuvo hablando y discutiendo, sobre las retenciones al agro.
Si eran justas, si queríamos un país con inclusión social y una mejor distribución de la riqueza, o que país queremos.
Inriville, mi pueblo, en el sudeste cordobés, zona núcleo por excelencia, tiene 4.300 habitantes. Durante el año 2007, aportó con el viejo esquema de retenciones, la suma de $ 96.000.000, de lo que no recibimos nada a cambio, porque las retenciones no es un impuesto coparticipable.
Ese dinero actualmente se destina a la compra de conciencias, de sindicalistas, de nuevos “borocotós”, de extorsiones a gobernadores, intendentes; a oscuros negocios, a inversiones sin sentido, sin utilidad práctica (tren bala), o el reparto de subsidios arbitrarios y a dedo.
 
¿No es razonable pensar que una buena distribución de la riqueza debería ser un 33% para Inriville, que la produce, un 33% para la provincia de Córdoba y un 33% para el gobierno nacional?.
 
De esta manera mi pueblo recibiría $ 32.000.000 por año, 8 veces más que el presupuesto municipal. Les cuento lo que podríamos hacer:
 
1.- Me haría cargo y duplicaría el sueldo de los maestros, policía, empleados municipales y personal de la salud, con esto gastaría $ 4.000.000.
 
2.- Me haría cargo de todos los jubilados y le pagaríamos el doble de lo que ganan, con una jubilación mínima de $ 2.000, con esto gastaría $ 2.000.000.
 
3.- Cubriría la necesidad de 150 viviendas, que nos costaría $ 10.000.000.
 
4.- Con el resto, pavimentaría todo el pueblo, terminaría la obra de gas, haría el parque industrial, tendríamos cloacas, sala de terapia intensiva, sala de partos, un polideportivo municipal…
 
Todo esto con el aporte de tan sólo un tercio de un año de retenciones sobre la producción de nuestra zona.La pobreza y la ignorancia, son un muy buen negocio político.
 
Vi muchos empresarios y políticos que callaron, o que miraron al costado, o que participaron de actos por temor a represalias, tienen que saber que con su silencio y su actitud, hipotecaron el futuro de sus hijos y de sus nietos, comprándole su libertad y su dignidad.
 
Quiero un país, con inclusión, con crecimiento del interior sin empobrecimiento de su gente, sin destrucción de las economías regionales, con igualdad de oportunidades para todos, y tener como dice la prosa de nuestro querido poeta Atahualpa Yupanqui, “yo tengo tantos hermanos que no los puedo contar....y una hermana muy hermosa que se llama LIBERTAD”.
 
Marcos Rodrigué, Intendente de Inriville