Que es lo que es y de lo que se trata. Uno de los pilares fundamentales de la democracia -sistema corrupto y corruptor- consiste en convertir al ser humano en esclavo de sus más bajas pasiones al objeto de arrebatarle la conciencia y el conocimiento de su espiritualidad para reducirle a la triste condición de ser material, de pedazo de carne, sin proyección eterna alguna de forma que, carente de la esperanza del más allá, y al tiempo único freno de sus malas inclinaciones del acá, pueda ser manipulado y perdido sin excesivos problemas. Y uno de los pilares de tal pilar -valga la redundancia- es, sin lugar a dudas, convertir el amor, y su vertiente sexual, en puro y vulgar sexo provocando la promiscuidad, el amasijo, el batiburrillo, el revoltillo, el revolcón más indecente dando rienda suelta a las más bajas pasiones, a los instintos animales, condición a la que quedan reducidos los que caen en la trampa.
Los sistemas anticonceptivos artificiales son pieza fundamental de tal estrategia. Dotar al ser humano de elementos mediante los cuales pueda “asegurarse” la más aberrante de las promiscuidades sin el “temor” a tener que asumir las responsabilidades inherentes al actor de amor que debe ser el acto sexual, es la vía más eficaz -ladina y maliciosa- de alcanzar el objetivo ya señalado. Los preservativos fueron un hito en tal cuestión, pero los diseñadores del plan no se podían conformar y tenían que utilizar la ciencia para conseguir aun mayores cotas de promiscuidad entre los esclavos y para ello nada mejor que la llamada “píldora del día después”, que permite refocilarse sin adoptar precaución alguna, tranquilas las víctimas de que al día siguiente basta una pastillita para asegurarse de que el revolcón no tenga consecuencia en forma de un embarazo por supuesto nada deseado.
La citada píldora de la promiscuidad más aberrante se venía facilitando con ciertas condiciones -tanto por unos como por otros, es decir, entérense bien de una vez los obispos, tanto por el PSOE como por el PP- ya de por sí bastante laxas, pero ha llegado el momento de dar un paso sustancial y un impulso definitivo al plan de corrupción, sobre todo de los menores -cada día más indefensos por su ignorancia supina, su incultura inyectada y su estupidez innata-, y ya se nos anuncia por parte del desGobierno, con la complicidad farisaica de la oposición, pues los demócratas están todos en el ajo solo que cada uno representa su papel en los asuntos trascendentales, que la píldora de la promiscuidad se venderá ya sin problema alguno de recetas o límites de edad “engorrosos”.
Está claro que con ello, no sólo se busca potenciar dicha promiscuidad entre los adultos, sino sobre todo entre los jóvenes y más aun entre los menores y… entre todos aquellos que víctimas de la adicción al sexo pasan la vida sometidos a su tiranía revolcándose con cualquiera independientemente de su condición o edad; y ojo a esto último que es esencial y ya saben a lo que nos referimos.
Así, la democracia, una vez más, rememora las peores características de aquellas “culturas” o “civilizaciones” primitivas, bárbaras y paganas hasta el tuétano -entre ellas hay que incluir a aquellas “religiones” que como la musulmana permiten la poligamia y otras lindezas parecidas-, de las que el hombre logró zafarse gracias a Dios y a Jesucristo Nuestro Señor, por cuya revelación pudo conocer y comprobar en que pozo de pecaminosa inmundicia se encontraba. Ahora, como los cangrejos, los demócratas retroceden siglos en el tiempo y nos retrotraen a las cavernas más infectas y nauseabundas.
Por no decir que con tal píldora, prácticamente gratis total, una de las pestes de nuestro tiempo, el SIDA, avanzará a pasos agigantados llevándose al Infierno a miles de almas que, de otra forma, es decir, con la fidelidad, la abstinencia según el estado de cada uno y una moral católica de verdad -ojo con esos que se dicen “católicos” y que se han formado un “catolicismo” a la carta, muchos de los cuales militan en el caso de España en el PP-, sin duda se salvarían; pero es que, estimados lectores, y aquí viene lo mejor o… lo peor, de eso, al fin y al cabo se trata, de perder almas, de esclavizarlas eternamente.
Silvia Lamadrid
Nota de Argentinidad: Lo que hacen en la España de Zapatero, que a su vez lo imitan e implementan tal cual los Kirchner's, entre tantos otros matarifes miembros de la corporación democrática, con perdón. Este artículo fue tomado del sitio Alto y Claro. Y lo marcado en "negritas" es nuestro