Las consecuencias morales del
ateísmo, son su
refutación mas elocuente. Sin Dios no hay vida futura, no hay legislador
supremo, no hay nada que pueda dominar en la conciencia del hombre; la
moral es una ilusión; la virtud una bella mentira; el vicio un amable
proscrito a quien conviene rehabilitar.
En tal caso, las relaciones entre
marido y mujer, entre padres e hijos, entre hermanos, entre amigos, son
simples hechos naturales que no tienen ningún valor en el orden moral.
La obligación es una palabra sin sentido, cuando no hay quien pueda
obligar: y faltando Dios, no hay nada superior al hombre (ni siquiera
una bastarda ley abortista, sancionada por un payaso de circo; mucho
menos, el panfleto constitucional). Así desaparecen todos los deberes,
se rompen todos los vínculos domésticos y sociales; solo debemos atender
a los impulsos de la naturaleza sensible, huyendo del dolor y buscando
los placeres.
¿Quién no
retrocede al ver destruida de este modo
la armonía del mundo moral? ¿Quién no se consuela al reflexionar que
esto es unicamente una hipótesis insensata? ¿Quién no siente renacer en
su espíritu la luz y la esperanza, al pensar que Dios está en el origen
de todas las cosas, criándolo, ordenándolo todo con admirable sabiduría,
promulgando las leyes del universo moral, y escribiéndolas con
caracteres indelebles en la conciencia de la criatura inteligente?
Publicado por
Reke Ride
en
El Bandido Realista