cogió a un
maricón,
dejándole el culo,
como
la bandera de Japón,
Aquel moro sin escrúpulos,
con olor a
cuero,
al marica le dio,
sacándole el dinero,
Al pobre
maricón,
le tuvieron que poner puntos,
por tan gran supositorio,
entero
para su culo,
Para eso quieren los bujarrones,
la ley de
Mahoma,
en tanto que tan maricón es,
el que da como el que toma,
Mas
los moros no permiten,
que las muy mariconas,
se pongan su
velito,
para andar como reinonas,
En su elástica moral,
y
más si hay dinero,
al moro no le importa,
tapar el agujero,
Por
eso el gremio de sarasas,
putos y moñas varios,
tanto quieren a
los moros,
sin tener ellos ovarios,
Pues que sólo vengan
moros,
para callar - amén de culos - bocas,
que hasta los cojones
estamos,
de tantas subvencionadas locas,
O un billete de
ida,
a Arabia Saudí o Irán,
que allí disfrutarán cagando,
para
dentro nada más,
Con su mayo del sesenta y ocho,
sin poder
sesenta y nueve,
tanta almorrana espachurrada,
ya demasiado
huele,
Aunque mejor sería,
que moros y maricones,
se
fueran a tomar por culo,
muy lejos de los españoles.