La abundancia de medios y el engaño sobre la dificultad de la obra

Enviado por Esteban Falcionelli en Dom, 07/11/2010 - 5:14pm

Los manuscritos iluminados son más hermosos que los libros del siglo dieciséis, y estos, imprimidos sobre prensas manuales, son infinitamente más bellos que todo lo que la imprenta mecánica ha producido después, hasta -e incluidos- nuestros libros de bolsillo, de los que en cinco minutos se tiran centenares de miles de ejemplares.

Se han escrito, proporcionalmente, más obras maestras, y las más grandes, a la luz de las candelas, con plumas de ganso, que a la luz eléctrica y con bolígrafos.

Viajábamos más inteligentemente a pie que como lo hacemos en coche y por ferrocarril más que en avión. De la Odisea de Homero al Itinerario de Chateaubriand, y de los Viajes de Julio Verne a nuestro turismo industrial, la pérdida es continua y perceptible.

Las catedrales se construían con las manos; los rascacielos, con máquinas.

Y así con todo.

En todos los géneros de creación, cuanto más mejoran los medios, más se degradan los fines.

La culpa no es de los medios, sino del hombre, que no se resiste a la tentación de la mediocridad cuando los progresos de la técnica le producen un engaño sobre la dificultad de la obra.

Como no podemos cambiar al hombre, el único remedio será quitarle de las manos los instrumentos de trabajo que imagina capaces de trabajar en su lugar.

Alexis Curvers (Revista Itinéraires n°212 (mars 1977), pages 110-111)

El Brigante