A Su Emcia. Rvdma. el señor
Arzobispo de Buenos y Gran Canciller
de la Pontificia Universidad Católica Argentina
Cardenal Jorge Bergoglio
Me dirijo respetuosamente a V. Emcia. Rvdma. para referirme a las declaraciones del decano de la Facultad de Filosofía de la Universidad Católica Argentina, publicadas en el diario La Nación del 28 de Octubre.
Se trata de una evidente profesión de fe agnóstica que ha producido gran revuelo, llegándose a tal extremo, que el autor del reportaje en un rapto de franqueza, se preguntaba si un pensador de esta índole puede ser decano de aquella Facultad. Para concluir que se trata de un librepensador, convencido entre otras cosas, de que en filosofía las certezas absolutas no sirven para vivir, de que no puede hablarse de errores en la historia de la filosofía y de que la universidad no debe ser el escenario de las fórmulas claras y rígidas, sino “el lugar del desconcierto”, sin lo cual no hay aprendizaje ni pensamiento genuino…
Casi como a confesión de parte, no hace falta abundar más, Eminencia Reverendísima. Así las cosas, a menos de una semana después de la publicación comentada, el Rector de la Universidad Católica, utilizando el mismo medio, expresó ideas en absoluto opuestas a las de su decano de Filosofía (cfr. La Nación, 3.11.06). Pero no para refutarlo expresamente. Por lo que pudo pasar como si aquello fuera una curiosa divergencia casual.
Concretamente, Eminencia Reverendísima, la feligresía católica –no sólo el estudiantado de la UCA- ha padecido escándalo paradójicamente a través de la Facultad encargada de investigar y exaltar la Verdad; para peor cuando mayor es el desconcierto cívico religioso en la historia del país. No me corresponde ni resulta necesario aquí abundar al respecto. Sólo cabría acotar que en lo único que el referido Decano parece confiar es en el diálogo. Del cual ha dicho, remarcando el relativismo, que “es saber reconocer la verdad del otro”. Frente a tanto olvido del pensamiento católico tradicional, en el mismo lugar un lector ha preguntado lúcidamente: "¿Desde cuándo en una pontificia universidad se puede dar por superado el pensamiento de Santo Tomás de Aquino?” (L.N. 10.11.06).
Según recuerdo, el artículo IV° del Estatuto Universitario expresa que la Universidad Católica adopta como principio rector de su enseñanza la Verdad Revelada y que el auténtico intérprete de la misma es el Magisterio de la Iglesia Católica. Y que a su vez la Universidad, de acuerdo con las exhortaciones de los Romanos Pontífices, debe desarrollar su investigación y enseñanza, particularmente en el campo de la teología y de la filosofía, “siguiendo las huellas de los doctores de la Iglesia, sobre todo de Santo Tomás de Aquino” (Gravissimum educationis, 10).
Por la fuerte inquietud ante lo publicado en un medio tan poderoso de difusión, me animo a recurrir respetuosamente a V. Emcia. Rvdma., como Gran Canciller de la Universidad, suplicando y confiando en su digna intervención. En tanto al saludarlo renuevo las expresiones de mi más alta consideración.
Escribe Juan E. Olmedo Alba Posse
Ex profesor titular de la UCA
Ex profesor titular de la UCA
p.s. Atento al estado público del tema y por su naturaleza, oportunamente haré llegar copia de la presente al señor Nuncio Apostólico y ámbitos pertinentes.