Hereje
Alrededor del 25 de marzo, si la Divina Providencia no nos libra de tamaña peste, visitará el país el conocido hereje Anselm Grün, cura benedictino de nacionalidad alemana, nacido en 1945.
Un par de editoriales progresistas auspician su presencia entre nosotros. Por ejemplo Lumen, Ágape, Guadalupe, Bonum y los infaltables muchachos de San Pablo. Idiotas útiles como los de Radio María, y el Centro Junguiano de Antropología Vincular, pues el germano, entre otras cosas, cojea por el lado de la new age, Jung mediante.
Hablará en el Auditorio de Belgrano, en el Colegio Goethe de La Horqueta y en el Hotel de La Cañada, en Córdoba. Lugares típicos para que se amontonen los más ignorantes tilingos de nuestra progresía, que dan asco más que rabia, y repugnancia antes que pena.
Veamos algunos botones de muestra del pensamiento “grüniano”:
1.- “Soy consciente de que muchos homosexuales se sienten heridos por la Iglesia. Con demasiada frecuencia escuchan que la homosexualidad es antinatural. Pero tales valoraciones son falsas. Lo decisivo es que el homosexual se reconcilie con su condición y su tendencia, y que desde esa reconciliación haga lo mejor”. (Anselm Grün, “Luchar y amar. Cómo los hombres se encuentran a sí mismos”, Madrid, Paulinas, 2006, pág. 25).
2.- “David no sólo fue amante de Jonatán, sino también amigo […] Los homosexuales ven en esta amistad un ejemplo de lo que ellos sienten entre sí. No significa esto que David o Jonatán fueran homosexuales, pero los sentimientos que ambos experimentan en su interior tienen al menos un colorido homoerótico”. (Ibidem, pág. 33).
3.- “En la década de 1980 se habló en la Iglesia alemana de los ancianos enojados. Se pensaba en teólogos como Karl Rahner y Heinrich Fries. Estos hombres, que no tenían ya nada que perder, no repararon en manifestarse públicamente contra el dogmatismo romano. El anciano enojado tiene sin duda una importante función tanto en la Iglesia como en la sociedad”. (Ibidem, pág. 197).
4.- “Esta historia [del pecado original] se presta a diversas interpretaciones. Vista desde la psicología, a mí me convence la interpretación de Jung, para quien el comer el fruto del árbol de la ciencia es un acto de toma de conciencia. Para Adán y Eva se trata de un paso necesario en el camino de su plena realización personal”. (Ibidem, pág. 19).
Bolche, sacrílego, modernista, acuariano y varoncito. He aquí este personaje. ¿Qué harán los Obispos? ¿Se atreverán a repudiar su presencia y a advertir a la feligresía sobre los graves riesgos que corren si acaso asistieran a sus conferencias? ¿O en consonancia con las características del huésped, ya se armó el Comité de Recepción formado por Laguna, Casaretto, Karlic, el rabino Bergman y Horangel?.