El laicismo, la despenalización del aborto y la eutanasia, la legalización del divorcio, la homologación de las parejas de hecho con el verdadero matrimonio, la protección legal del homosexualismo, la distribución y propaganda institucional de anticonceptivos, la financiación de programas para el control artificial de la natalidad, las ilimitadas libertades de prensa, culto y cátedra, el agnosticismo de Estado, son signos evidentes -y al mismo tiempo consecuencias- del predominio de ese relativismo inherente a la ideología liberal -mil veces condenada por la Iglesia- que inspira nuestras modernas y actuales democracias, que eminentes prelados -sin excluir al mismo Obispo de Roma- no han dudado en calificar recientemente de delictivas, tiránicas, criminales, inicuas, totalitarias y hasta satánicas.
El católico NO debe votar por ningún candidato que sostenga uno solo de los tópicos citados.
Y, para los que votan amparándose en la doctrina del mal menor, recordar: no estará de más convenir que en ciertos casos el negarse a elegir, es decir, la abstención, aún siendo un mal, puede ser el verdadero mal menor que estamos buscando.
"No sigas a la Muchedumbre para obrar mal,ni el juicio acomodes al parecer del mayor número, si con ello te desvias de la verdad"
San Atanasio
Así las cosas, la pareja de enfermos mentales -y delincuentes comunes- está lista para sacar ventaja en las elecciones.
Los "socios sucios" están nerviosos, con caras preocupadas, suponemos porque se les viene el final; que ni con fraude lo paran.
La loca ya tiene todo listo para intentar rajarse con el imbécil ladronzuelo. Si dejamos que se vayan en lugar de hacer justicia.
Todas, pero todas sus alianzas son ilegítimas -como las del resto que compiten-. No han dicho nada, salvo pelotudeses cual discursitos para incautos que -es un hecho-, caerán en la trampa democrática, palabra que me tiene podrido por ser insultante y dolosa. Una banda de delincuentes que dan asco.
Que les cueste llegar a ganar 1 voto por parte de quienes se comieron el sapo del engaño. Sea engaño entre ellos, sea engaños a quienes todavía les creen sus fantasías de campaña y sus ansias de continuar con el afano a destajo.
Por ello; que les cueste llegar; que se les alejen sus esperanzar de la continuidad del "afano" y la canallada. Que se quede parada en la pista para que sepa l que es comer mierda.
A todo este Nuevo Orden hay que liquidarlo; aunque sea a los tiros.
Esteban Falcionelli