La llamada Corte Europea de los Derechos Humanos ha establecido que los crucifijos deben desaparecer de las aulas; es decir, que dicho tribunal ordena que, para defender los derechos del hombre, nada mejor que quitar a Dios de su vista y de su vida.
El Vaticano, como es natural, ha mostrado su estupor y rechazo. ¿Pero qué esperaba? ¿En qué mundo viven los curas del Vaticano II? Este clero que desde hace décadas se dedica a destruir todo puente con Dios, a dar la espalda al Evangelio y a poner más velas al Diablo que a Nuestro Señor, se asombra de que el hombre de nuestra época, el demócrata, termine por expulsar de su vida cotidiana a Dios. ¿Pero qué se creen estos clérigos que es la democracia? En democracia todo se puede votar; por ejemplo, no ha de tardar mucho en votarse y, sin duda aprobarse, que Dios no existe, pongamos por caso, pues sólo hace falta lograr -es decir, fabricar o inventarse- una “mayoría” y ya está.
Así es como la sodomía, por ejemplo, ha pasado de ser lo que es, vicio repugnante y bíblicamente condenado, a normalidad e incluso casi lo único normal; y otras muchas barbaridades que hoy son aceptadas sin mayores problemas, como esta nueva según la cual un crucifijo hiere, vulnera, los derechos del hombre. Pues bien, cuántas veces no hemos oído y seguimos oyendo a nuestros curas de hoy alabar la democracia, incluso en el caso español ufanarse de haber sido ellos instrumento principal en su llegada; en realidad de lo que fueron herramienta esencial fue de socavar los principios fundamentales del franquismo y del Estado confesional, lo cual tiene delito y lo ha de pagar.
Y cuántas más hemos de seguir oyéndoles decir lo de la tolerancia, diálogo, etc., etc.... hacia todo aquel y todo aquello que persigue a Dios. Qué poco quieren saber de ese mandato que si bien hace del hombre héroe cuando soporta los ataques ajenos contra su persona, le hace digno de condena cuando no defiende el nombre de Dios. Pues bien, después de esta sentencia, y una vez más, vendrán otras y muchas actuaciones “colaterales” siempre en el mismo sentido, ya lo verán y... ¿seguiremos “tolerándolo”? La diosa democracia, cada día más fuerte, gana terreno y se asienta sobre lo que es propiedad de Dios -no sólo el mundo, sino sobre todo las almas-, porque los que se dicen católicos no hacen nada o, peor aun, asienten y aceptan sin rechistar y mucho menos actuar.
Y decimos católicos porque como pueden ver la citada diosa no se molesta en perseguir el resto de “religiones” porque sabe que no son verdaderas, sino puro cuento y engaño de incautos.
Nota de Argentinidad: No se extrañen amigos que a la mierda gobernante argentina se le ocurra hacer lo mismo, si todas estas leyes -ilegítimas- son copiadas de aquéllos países que se "unieron" en tras el Novus Ordo. Como copiaron el putimonio o gaymonio, las adpciones entre putos y lesbianas, y una suma de cagadas ateas y enemigas de la familia. Democracia de mierda, clarinete...