"La democracia salvará a la democracia" (Eduardo Frey Montalva)
ALGO PARA EMPEZAR: Por enésima vez en cincuenta años, estamos por pisar, —definitivamente se lo espera—, los atrayentes umbrales del paraíso democrático. Ello use impulsa a reflexionar de nuevo sobre esta determinación recurrente y, por lo visto, irrenunciable, que habrá de llenar de gozo todos los instantes de nuestra vida, de ahora en más.
Hace algunos años ya —inspirado a contrario por la lastimosa "Démocratie française" del Sr. Giscard—, escribí algunas páginas al respecto. Esperaba con ellas, no por cierto entreabrir las puertas doradas de ese paraíso, hasta la fecha más imaginado que conocido o vislumbrado siquiera, sino buscar las causas por las que dichas puertas han permanecido inexorablemente herméticas a partir del momento mismo en que se nos anunció su apertura, hace algo más de doscientos años. Esta búsqueda se parece demasiado al dicho del barbero: "Mañana se afeita gratis", para que no resulte monótona, o bastante parecida a la tomadura de pelo.
Esto quizá signifique que el fracaso tantas veces repetido de la empresa se debe a la no existencia de la tierra prometida, y que quienes siguen buscándola sin dejarse descorazonar serían otros tantos pescadores de ilusiones, víctimas de un espejismo incurable. En otras palabras, y lamento tener que expresarlo con tanta llaneza, si no se encuentra a la democracia es simplemente porque no es, y no es porque no puede ser. El paraíso terrenal es un recuerdo, un recuerdo nostálgico, el paraíso perdido en el mejor de los casos.
Se me contestará que los países anglosajones, padres de la criatura, viven en democracia, se mantienen en estado de democracia contra vientos y mareas y se hallan felizmente sumergidos en instituciones democráticas como el embrión en la placenta. A lo que contestaré a mi vez: primero con Vilfredo Pareto, que más que democracias los países anglosajones son plutocracias; luego, que el estado de satisfacción democrática de que gozarían los súbditos de S.G.M. y los libres ciudadanos de la Unión es reflejo pasivo de la "idea democrática" primigenia —desvirtuada y manipulada— lanzada a la conquista del mundo hasta entonces civilizado por pensadores y tratadistas (hoy, los llamados "politicólogos" y, peor aún, "politólogos") que la habían elaborado en total abstracción, sin pensar que quienes iban a recoger el legado, así los "idealistas" como los practicones, tendrían que remodelarla radicalmente para proporcionarle una semblanza de adherencia a la realidad. O, como sucede en los Estados Unidos, un confort general que permita pasar por alto cualquier contradicción entre lo que se es y lo que se debería ser.
Y el mundo ha ido arrastrándose de utopía en utopía, a la zaga de promesas siempre renovadas al término de cada fracaso —"las mañanas que cantan", cuya melodía nunca se oyó—, hasta caer en un estado de caquexia que, como se ha dicho, es la antesala de la "utopía en el poder'. Derivación ésta, la más dinámica, la única dinámica seguramente del mensaje de los primeros días, digamos para simplificar, del que brota del recalentamiento mágico-imaginario que se había adueñado de la mente desordenada de Juan Jacobo Rousseau, citoyen de Genéve...
Lo que viene a continuación es la versión actualizada de un ensayo escrito con el mismo título y sobre el mismo tema que una revista de Buenos Aires —"Verbo"— publicó en 1977. Hubiera sido inútil aportarle otras modificaciones que las puramente formales pues, en suma, la democracia sigue siendo lo que era entonces, y yo lo que siempre fui. A menos que, como es probable, ambos hayamos empeorado de consuno. Reconozco para mejor información del lector que, en materia de religión democrática, permanezco incurablemente agnóstico. Hasta la impenitencia final, con la ayuda de Dios.
"Quien tiene las causas, tiene los efectos", decía Maurras. Busquemos otra vez, pues, la causa por la que, al empeñarse en imponer su imperio sin lograr encontrar existencia propia —ni consenso universal—, la "idea democrática", al ponerse en acción, sólo puede desembocar en la confusión y en un desierto siempre más extenso de destrucciones. Y, ahora sí, tenemos respuestas precisas, que son las que nos vienen del Este.
Pues bien, lo que viene del Este es el contragolpe de lo que, a él, le vino del Oeste. A condición de tenerlo en cuenta, empezaremos a entender que, entre nosotros, la "idea democrática" es una idea muerta. Pues lo que no logra resistir, o está muerto o nunca existió.
Para terminar, cedo la palabra a François Brigneau, honor de los periodistas, a quien la experiencia mitterrandiana, y premitterrandiana inspira las siguientes definiciones que adopto como premonitorias para nosotros, ya que es acertada en todos sus términos, incluso los nuestros: "Pues bien, no soy demócrata. No puedo adherirme a ese sistema que permite que el elector elija sin ser jamás responsable de su elección. Tengo la convicción de que los resultados de la experiencia actual serán desastrosos. Va a costar el precio de una guerra. De una guerra perdida. Las clases medias saldrán laminadas de la prueba. El país pondrá largos años en recuperarse del paso de las langostas socialistas. No es imposible que los demagogos actualmente en función lo paguen caro. Con su vida quizá. Pero el pueblo, el pueblo soberano, el pueblo que los ha elegido, el pueblo que habrá permitido esa lamentable aventura, ese largo cortejo de desgracias y de miserias que vemos aparecer en las brumas de la noche francesa, ese pueblo responsable ¿quién lo castigará? Nadie. ¿Cuál será su sanción? No conocerá ninguna. Siempre tendrá razón, que se empeñe en el error o que se desdiga, puesto que será el número".*
* François Brigneau: Mon vilage à l'heure socialiste; Paris,1982.
ÍNDICE………………………………………………………...
ALGO PARA EMPEZAR ………………………………………..
I. ¿QUE ES ESO DE DEMOCRACIA?...................................
II. PASANDO REVISTA………………………………………..
III. EL ENEMIGO FRAGUADO………………………………...
IV.
V. UNA CONTRADICCIÓN EN LOS TÉRMINOS…………...
VI. LA PROMESA NO SE CUMPLE…………………………...
VII.
VIII. LA PROGRESIÓN DEL MAL……………………………....
IX. LA CONFUSIÓN COMO ESTRATEGIA…………………....
X. SALDO DEUDOR……………………………………………..
XI. VIA MUERTA………………………………………………....
XII. SUMAS RECIENTES…………………………………….....
XIII. EL MODELO 2000………………………………………….
XIV. ALGO PARA TERMINAR…………………………………..
Nota de Argentinidad: Se irán publicando capítulos del libro semanalmente, o cuando lo amerite la ocasión.