Hugo Haime, Ricardo Rouvier y Artemio López, que le daba ventaja en los comicios misioneros al petiso Rovira, ese traidorzuelo de cabotaje que no puede circular nunca más solo.
No está mal, señores de las encuestas, que tengan que rebuscárselas cobrando jugosos honorarios que salen de nuestros pobres bolsillos. Lo único que les pedimos, por favor, es que no sean tan pero tan serviles, ni tan pero tan mentirosos.
Sobre todo vos, Cachalote Artemio, que le diste una ventaja al petiso de veinticinco -sí veinticinco- puntos.
Una cosa es ser un atorrante y otra es ser abyecto. Cerquita le andas.
Nausea II
También me sentí como la mona cuando encendí el noticiero del domingo en Canal 13.
Viendo al tiralevitas y “superservicial” Gustavo Sylvestre, otro ejemplo de periodismo K. chicaneó, dio vueltas hasta el hartazgo, para no brindar la información sobre la derrota del mínimo -en todos los sentidos- Rovira.
Se le notaba la cara cúlica cuando hablaba de “empate” hasta que el rictus amargo se le acentuó, al reconocer la paliza recibida por el secuaz del Malvado Tuerto.
Y hoy como estoy en plan de “superfacho” no quiero gastar munición en este cagatintas del Grupo Clarín sino que le administraré un litrito del viejo glorioso y eficaz aceite de ricino.
Corré a comprar bombachas de goma, insoportable chupamedias, porque la corredera vendrá fortísima durante horas y horas y reservá también habitación en algún centro gastroenterológico para que te hidraten.
Artillero Augusto Padilla