¿Podrá triunfar en nuestro país una insurrección roja?

Enviado por Esteban Falcionelli en Sáb, 11/11/2006 - 11:26am
…el escenario de Hispanoamérica presenta un caldo de cultivo apto para que la izquierda dura y pura lleve a cabo un experimento insurreccional, como lo demuestran los hechos de Oaxaca, donde las fuerzas del Gobierno no puede desalojar a los universitarios amotinados.
En esa ciudad, se ha montado el clásico “show” de los derechos humanos, repitiendo el esquema “represores malos-estudiantes santitos”. Estos últimos cuentan con el respaldo del perdidoso López Obrador y del subcomandante Marcos, decididos a hacer la vida imposible al futuro Presidente Calderón.
Los datos que se recogen a través de los diarios y de las páginas de Internet revelan lo siguiente:

- Durante el fin de semana del 27 al 29 de octubre el Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR) organizó una reunión en Santiago de Chile a la que concurrieron las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el Ejército de Liberación Nacional (ELN), también de ese país, el grupo Pachakutik (Bolivia), el Partido Comunista Marxista Leninista del Ecuador; por parte argentina asistió Quebracho. También fue de la partida el Movimiento de Izquierda Revolucionaria chileno (MIR) (Las dos organizaciones del país trasandino, mantuvieron aceitados contactos con Montoneros y ERP, “prestándose” combatientes y mutuo apoyo logístico).

 
El tema principal fue la guerra revolucionaria. Asistieron unos trescientos activistas y, significativamente, muchos estudiantes secundarios enfrentados con el gobierno de la Señorita Bachelet.
 
- En Bolivia, el panorama dista de ser calmo, aunque el anuncio del arreglo con las empresas petroleras ha traído cierto oxígeno a Evo Morales, obligado por la necesidad a moderar sus presiones públicas. Pero está cercado por el equipo del antiguo guerrillero y actual Vicepresidente García Linera, en su mayoría ideólogos de formación marxista, que, con al apoyo de Chávez, podrían dar un golpe palaciego. El apoyo militar lo brindarían los dos mil “médicos y alfabetizadores” cubanos (en rigor, oficiales desmovilizados del ejército), a los que se sumarían los asesores venezolanos entrenados por la inteligencia castrista y que se han instalado en Bolivia, conforme al acuerdo militar celebrado con el gobierno chavista.

- En Ecuador es probable que aun ganando Noboa las elecciones, se reproduzca la fórmula mexicana y el chavista Correa aliente el desorden sistemático del país, llevándolo hacia la anarquía.

- En Brasil, el segundo mandato de Lula se vería complicado por la acción del Movimiento de los Sin Tierra, de neta inspiración marxista. El MST cuenta con el apoyo de muchos obispos y sacerdotes católicos, que están presionando para que en la próxima reunión del Comité Episcopal de América Latina (CELAM) en Aparecida, se elabore un documento que reverdezca las tesis de la “Teología de la Liberación”.

En la jugada está prendido el progresismo católico de toda la región.

- Con el triunfo de Ortega en Nicaragua, venciese Ortega, Chávez posee una cabeza de puente en Centroamérica para establecer redes subversivas. No hay que dejarse engañar por el camelo de que el guerrillero de ayer, es un hombre que abandonó la militancia porque los años traen sensatez. Podrá ser cierto en algunos casos, pero cuando en el corazón se instala el odio revolucionario es difícil desterrarlo, téngase la edad que se tenga.

Ahora bien, en este contexto, no es descabellado aventurar que la izquierda radicalizada produzca un episodio de consecuencias imprevisibles, valiéndose de su “estrategia sin tiempo”, un modus operandi que escapa a la comprensión de la mayor parte de las dirigencias políticas. Pero no precisamente en los países mencionados, sino en el que presenta el mayor grado de debilidad institucional, que es el nuestro, donde los incompetentes de Balcarce 50 son impotentes frente a una crisis, como lo ha corroborado el caso de la derrota electoral en Misiones, que los ha arrinconado, llamándolos al silencio total.

Imaginemos que un grupo armado de unos doscientos o trescientos guerrilleros, con armamento que incluya ametralladoras pesadas y bazucas, tomase el control de una ciudad mediana -si cuenta con Universidad mejor que mejor, porque será su plaza-fuerte y con víveres para resistir unos días. Imaginemos el efecto de la radio y TV del lugar, en manos del grupo, convocando a la resistencia y acusando a los impresentables de la Casa Rosada de “lacayos del imperialismo”, logrando así el concurso de otras organizaciones de izquierda, hasta juntar una fuerza de mil “luchadores populares”, entre ellos los cuatrocientos “médicos y alfabetizadores” cubanos -instalados entre nosotros hace ya algún tiempo- que aportarán al foco sedicioso su probada experiencia de combate, que nuestras Fuerzas Armadas ha perdido.

¿Qué haría el jefe de la gavilla que asuela a nuestra pobre Patria? ¿Mandaría reprimir a un Ejército que no tiene voluntad de lucha o sin ganas de obedecer a generales de baja estofa? ¿Enviaría a la Gendarmería o la Policía como reemplazo? ¿Qué hará el juez federal de turno? ¿Y si el Ordinario del lugar fuese un obispo tercermundista como Piña? Son muchas las preguntas. Como están las cosas, la mayor probabilidad es que la gavilla quede “Knock out” o en posición de “no contest”, momento en que el juez detiene la pelea, porque el boxeador ni siquiera es capaz de armar la guardia. ¿A qué árbitro recurrirán los insolventes morales e intelectuales que nos agobian desde el 25 de mayo de 2003? ¿A Tabaré Vázquez? Otra probabilidad no desdeñable es que decidan huir para adelante. O mejor dicho, para adelante, para atrás, para los costados; en fin, para los cuatro rumbos. (Lástima para ellos que no sean, por lo menos, ocho). Y queda una última pregunta: ¿Si los guerrilleros se hacen del poder, nos comportaremos los argentinos como el avestruz, arreglando la partida de golf semanal o deliberando sobre el DVD que elegiremos para el “home theater”? .