¿QUÉ OCURRE EN EL MUNDO? (Parte I)

Enviado por Dardo J Calderon en Jue, 26/11/2015 - 10:13pm

¿Mientras vemos el entuerto Pro vs Kirchnerismo? ¿Existen consonancias y paralelismos en la política mundial?
Aunque EEUU sigue siendo una potencia mundial, parece que ha dejado de ser un País, especialmente con Obama. El morocho, y con él gran parte de la dirigencia americana, ya no están viendo a EEUU como un país imperialista, sino como a un gestor comercial de las grandes oligarquías multinacionales de la Banca, de la Industria (armamentística y medicinal principalmente), de la Energía (de los Servicos se llama) y de los Alimentos. Esto se detalla en el libro de Olivier Zajec, “La nueva impotencia americana”, que es una especie de puesta al día de aquel famoso libro de hace unos veinte años, “La Rebelión de la Élites” (Cristopher Lasch), que en aquel tiempo anunciaba lo que Zajec da por concluido. Recordemos que Lasch provenía del marxismo y pasaba a lamentar la desaparición de la Nación norteamericana, levantando con nostalgias algunas banderas que fueran de la derecha nacionalista.
Estas multinacionales quieren formalizar mercados mundiales de libre comercio sin aduanas y con una moneda única, y para ello tienen que instalar una organización administrativa y jurídica mundial (la OMC : Organización Mundial del Comercio), reformas para lo cual, entre otras muchas cosas, pero urgentemente para mantener el liderazgo, hay que modificar en gran parte la vieja “ideología” americana. Ideología que ha producido dentro de las organizaciones (y aún de los servicios secretos) una cierta ceguera para la comprensión de las particularidades de otras naciones, o mejor dicho, de otros mercados, retardando con esto la penetración comercial por no entender las idiosincracias. Hablo del OMC porque es uno de los más visibles, pero hay innumerables grupos de siglas intrincadas, gubernamentales y no gubernamentales que están a toda marcha trabajando para esto con impresionantes avances.
La gran tarea de Obama es forjar las pautas para la construcción de dos grandes mercados libres mundiales (por ahora) y en vistas de una unificación global; donde el mayor problema que se presenta es que EEUU tiene que desdoblarse en dos sistemas comerciales para liderar a ambos (también, por ahora). Estos mercados son El Transatlántico (Mercado Europeo, Canadá, EEUU, México; Brasil y oeste Africano, al que se sumaría Australia, para el que se da un plazo de cinco años) y el del Pacífico (Japón, Corea del Sur, Vietnam, Nueva Zelanda, India, Perú, Chile y Colombia), para el que se da un plazo más largo por dos razones, China es una razón de enorme peso y la vacilante política japonesa es la otra. Hoy Japón es proclive con un gobierno pro liberal, pero existen oposiciones enormes, fundamentalmente porque el Japón social vive más de los derechos de aduana a la importación que de los dividendos de la exportación, que pasan a las arcas de las multinacionales. Hablamos de derechos de aduana de hasta el 800% para alimentos. (Como la argentina social vive de las retenciones).
En cuanto al primero, los avances son bastante auspiciosos (última reunión en 2015 de 50 países en la sede diplomática de Australia en Ginebra), siendo que ya existen pactos con firmas iniciadas y concluidas (Los Europeos ya han firmado con el oeste de África; “el abrazo de la muerte” lo llaman algunos). Hay resistencias puntuales de países que tienen sectores socializados en mano de los estados; Canadá se resiste por el tema de la medicina que lo tiene socializado y en este esquema, pasaría a resorte de empresas privadas, lo que aterroriza al electorado. Francia por la educación pública de la que depende mucha gente (se le ha propuesto hacer una multinacional francesa de la educación a la que le darían vía libre; esto es parte de esa transformación ideológica americana, o como gusta decir ahora, proceso de desidiologización). Existe un enorme secreto para los detalles y, el que les molestó los avances por difundir secretos, fue el famoso Wiki-Leaks, y de ahí que suena tanto.
El del Pacífico va más lento y amerita un esfuerzo de deconstrucción ideológica muy superior. Ya no se trata del mundo trabajado por el imperio yankee después de la segunda guerra (penetración ideológica que llega hasta un punto y que debe saber parar en el límite de las particularidades de cada mercado, como dijimos más arriba), sino de mentalidades orientales como la China, asentadas en socialismos muy difíciles de desarmar sin producir una estampida de terror entre las masas. China se resiste y hace sus esfuerzos de mantener su identidad de nación comunista e inundar el mercado mundial amparada en la esclavitud y las circunstancias coyunturales; siendo la más importante de ellas, el uso de esa mano de obra por parte de la multinacionales.
Ustedes habrán notado quiénes quedan fuera de este intento. Pues la ex URSS, China, y algunos socialismos menores como Venezuela y la Argentina.
No hay que ser muy sagaz para saber lo que significa en este panorama el cambio de gobierno en Argentina, ni muy astuto para saber de dónde salieron los ciento y tanto millones de dólares de la campaña de Macri, ni de quienes serán sus socios. Un dato es la nueva Canciller, que sale del riñón mismo de estos organismos y del lobby de Banki Moon (que como vimos, la India está de lleno en el proyecto, y es una de las caras nuevas que pone la deconstrucción ideológica). La función de los gobiernos en este juego pasa a ser el asegurar el libre movimiento comercial de las multinacionales sin cobro de impuestos a las transacciones comerciales y financieras entre naciones, cobrando impuestos internos para un redistribución más o menos equitativa entre sus poblaciones, pero jamás las naciones deben poseer las empresas o los servicios; sino que la ayuda social llega por entrega de subsidios en efectivo. Es decir, no más hospital público, pero al que no puede, se le da un subsidio con el que paga a la multinacional que atiende, y así en todo.
El bloque “comunista”, hoy socialista, por efecto de su historia, no tiene muchas multinacionales para poner en el tablero y si abrieran el mercado serían penetrados por las multinacionales occidentales en marcha, con mayor capital y mejores productos. Sus poderes son estatales y la idea de pasar a simples administradores del juego no los convence para nada, sobre todo porque lo más seguro, es que los administradores serían otros, salidos no de las viejas estructuras comunistas (tanto en Rusia como en China), sino de las empresas (como está ocurriendo aquí, que se van los de la “política” – con sus falsos galones de la persecución militar- y entran los de las “empresas”).
Por sobre todo, ellos tienen grandes actividades o riquezas estatales que sostienen los regímenes y que están tambaleando. Una de ellas es la industria armamentística que por no ser homologable con la del bloque “occidental”, comienza a no tener clientes, salvo las naciones que se sostienen bajo su égida, es decir, son empresas comerciales enfrentando una seria “crisis de competitividad” (los turcos le bajaron un avión de última generación para demostrar esto: encima están atrasados en tecnología). La segunda son las explotaciones de gas y petróleo que sostienen estos estados enormes y carísimos, con el aprovechamiento excesivo del mercado europeo (dentro de ese mercado está Turquía, gran comprador de gas y petróleo Ruso, es más, los rusos le están construyendo usinas nucleares ¡¿Qué le baja un avión a su principal proveedor de energía?!), ingresos que se ven amenazadas por la posible caída del precio de transporte del petróleo y gas del Golfo, de Irán e Irak, lo que se produciría de lograr estos países europeos (Turquía especialmente) la ruta del medio oriente para bombear por tuberías. Fundamentalmente la ruta es Siria.
Es decir que se trata de una reyerta entre Naciones y Multinacionales. Entendamos; entre “naciones inventadas” en el siglo XX y “empresas”, porque verdaderas naciones, no hay ninguna. Putin encabeza un nuevo nacionalismo y retoma banderas de la derecha y hasta de la religión, para mantener vivos los socialismos que, pasarán a ser para sus enemigos: “socialismos fascistas” (verán que el mote comienza a usarse). En ese barco se sube nuestro Kirchnerismo y el Chavismo Venezolano, que como verán, reciben apoyo internacional Ruso (solamente diplomático, porque no hay plata) y se asocian comercialmente con China. Así subsisten los Asad (dinastía republicana de Siria), con más suerte con respecto a la plata y menos con respecto a la guerra
¿Cuál es el lio de Siria? Es enorme, pero pasa por reemplazar el pacto Sykes-Picot, que los dividió en el 16 en “naciones” inventadas en el papel (siendo que cada una de ellas tiene una enorme ensalada de naciones, de confesiones, de etnias, de divisiones históricas y etc), por un nuevo pacto con un entramado de Empresas Multinacionales que explotaría la región respetando las zonas particulares de cada uno. Putin y China bregan por mantener el estatus quo de naciones en la zona, estatus que hace agua por todos lados dado que no son naciones ni nunca lo fueron, inventando una épica nacionalista que nadie cree y que se sostiene a tiros y patadas. Los opositores, que son grupúsculos confesionales, étnicos y tribales, encuentran más propio para sus particularidades esta sociedad con empresas que les deja la administración de sus poblaciones y territorios, con la dulce posibilidad de hacerse la guerra entre ellos y así satisfacer viejos odios azuzados por el abuso de convivencia del Sykes-Picot. Y por último el pan-arabismo que no quiere lola con ninguno para el futuro, pero que se casa con el que les dé fierros y dólares por petróleo ya; y al que todos quieren liquidar, pero no ya, y no se sabe cuando. Putin, con prosa nacionalista les dice que si quieren ya, se los liquidan, y les propone una acción conjunta que resulta simpática. Pero los otros no quieren saber nada con este socio, hasta tanto se baje de su estatismo y deje entrar al territorio de la vieja URSS a las empresas.
¿Entienden ahora Kirchner vs Macri? ¿Entienden que el nacionalismo se haga pro Putin? Putin está caminando sobre la cuerda floja y no se atreve a una acción bélica, porque está demostrada su deficiencia militar y económica momentánea. Pero avanza a fuerza de vender gas y petróleo a Europa, más las ventajas de costo humano que heredaron de la esclavitud de la URSS. Pide una alianza anti Islam porque se beneficiaría en tiempo y en intercambio tecnológico militar con sus aliados. Pero nada por ahora. Siempre están las ojivas nucleares que nadie toca; aunque con lo del avión, Rusia amenaza con misiles a instalar en Siria y apuntando a Turquía (que ya es Europa) que también es una demostración de debilidad tecnológica (porque es traer una topadora para defenderse de un mosquito que no podés parar de otra manera) y porque Turquía sabe que no van a tirar porque los necesitan como mercado y hoy por hoy, no los pueden invadir. ¿O sí?
Ahora volvamos acá y a la “campaña sucia del miedo”. ¿Después de años de peronismo, puede un argentino concebir su país sin escuela y universidad pública, sin hospitales públicos, sin transporte subsidiado, sin combustibles subsidiados, sin gas subsidiado y sin electricidad subsidiada?
Somos un país socialista desde hace muchos años y hoy la elección es entre ser un país socialista o… no ser un país. Cristina lo dice con todas las letras y no se equivoca. O es el país de Cristina, o es el entramado de las multinacionales. Y por eso el corazoncito nacionalista no sabe bien qué pensar y se le confunden los tantos. Porque es un nacionalismo sin objeto, y si quiere tenerlo, pues es el de Cristina o del que poinga en el futuro un Putin vencedor.
Los países chicos no están soportando el embate, como la África nor-occidental caerán en al abraso de la muerte de las multinacionales, su riqueza son bananas y caucho líquido y necesitan protección armada frente al Islam que reclama el norte africano. Rusia no tiene economía, por ahora, para bancarlos en su sistema como lo hace con Siria y muchos otros del eje soviético. Es decir que los países que pueden optar por el sistema socialista, son los que tienen riquezas para aguantar (la Argentina con alimentos, Venezuela con petróleo y Siria con geoestrategia), pero tiene que resistir las manipulaciones que les juegan los mercados y que les tiran sus comodities al piso por momentos, porque ninguno tiene productos con valor agregado que puedan competir en “el mercado”, produciendo crisis por períodos que a veces no se aguantan, o que a veces simplemente no los aguantan los electores aburguesados, si se ha instalado una democracia que no se ha podido transformar en sólo cosmética (como en Venezuela). Y te pasa lo de Argentina que te corren. O lo de Siria, que te arman una guerra. Y ya veremos a Venezuela qué le pasa, que parece que va a ser como acá, por vía democrática pero sin apuro, porque mientras, regalan petróleo a las “empresas”, como nosotros regalábamos la comida.
¿Y entonces? Cuál es el Nuevo Orden Mundial. Cualquiera de los dos. Uno se postula como un orden de empresas con una central financiera, pero con condimentos socialistas en cuanto a los gobiernos-gerentes, que en síntesis, serían tomadores de créditos del sistema financiero y pagadores con impuestos internos, el grueso de la plata pasaría por las empresas productoras y dadoras de servicios. Y el otro; como un orden de Naciones con una central política que maneje el juego de las tasas a las transacciones internacionales, al viejo estilo de la URSS pero con condimentos liberales capitalistas para no repetir el fracaso económico.
Ambos bandos deconstruyen sus ideologías fundantes, uno hacia el globalismo como paradigma, con respeto de las particularidades; el otro hacia nacionalismo socialistas, nacionalismos ya forzados y desanclados de sus verdaderas tradiciones, pero con tonalidades de treadiciones falsificadas. Eso sí, todos confluyen en la necesidad de mercados de gran entidad cuantitativa.
¿Quién es el bueno y quién es el malo? Los dos. Porque el bien sólo puede jugar a una punta, pero el mal a muchas.
¿Para quién juega la Iglesia? Juan Pablo ya se imaginan, Benedicto para los otros, y Francisco, un rato para cada uno. En el fondo la jugada católica es la de una multinacional del espíritu y Putin tendrá que seguir usando, por ahora, a la Iglesia Ortodoxa.
¿Quién ganará? Y… si hay que apostar… y si no le dan tiempo a Putin y a los Chinos de levantarse y comenzar a bancar países… Creo que las empresas con su central financiera. O se arma la podrida.
¿Qué hace uno? Si tienes uñas, te haces empleado de alguna multinacional y aseguras los remedios y la jubilación privada. Si no, pues ayudas al estado socialista (con épica pseudonacionalista) y te vas al hospital público y la ayuda social. Y si nó… pues cuando reces el Rosario, te tomas más en serio el espíritu de pobreza, tiras todos los remedios y te mueres veinte años antes en tu casa y no jodes a tus parientes.