Cuatro cosas, para simplificar, llaman la atención del admirable párrafo.
La primera, que conociendo “la calamidad” que constituye el “pensamiento débil”, el Cardenal Bergoglio, máxima autoridad de la Iglesia Argentina y Canciller de la Universidad Católica Argentina, no prohibiera el ingreso a la misma del fundador y mentor del llamado "Pensamiento Débil", el invertido y cristiano-comunista (ambas cosas convicto y confeso) Gianni Vattimo, cuando en el año 2006, fue llevado triunfante por el rector Alfredo Zecca a las aulas de la UCA.
La segunda, que el susodicho Gianni Vattimo -personaje indecente,si los hay- cubra de elogios al ya convertido en Pontífice, Cardenal Bergoglio, diciendo de él: “Me parece un personaje notable[...] Francisco me parece que comenzó dando mucha confianza, se presenta muy bien. Tiene estilo [...]. Empezar diciendo: “Felices Pascuas, buen provecho, buenas noches” es algo que otros Papas jamás habían hecho. Merece atención por ese estilo. Pero a la larga no bastará con eso. Sin embargo, Francisco tiene todos los rasgos para ser un buen Papa [...].Por ahora hay un hecho estilístico, que permite esperar. Yo espero que del estilo pase a la sustancia” (Cfr. Suplemento “Ñ” de Clarín, 8-3-2013, ver aquí)
La tercera, que si Francisco posee tanta claridad conceptual acerca de la amenaza del pensamiento débil, al punto de cuestionarlo como lo hizo en su homilía de Santa Marta el 29 de noviembre de 2013, porqué lo practica en no pocas de sus declaraciones, consejos, entrevistas, notas, reportajes y ocurrencias múltiples. Los casos de pensamiento débil en la pedagogía cotidiana de Francisco, conforman ya una preocupante antología del desatino.
La cuarta, al fin, si Tinelli es, de mínima, quién queda retratado en el párrafo de la carta mencionada, por qué ese juicio descalificatorio no lo convierte el Papa de privado en público, para edificación de los cristianos fieles, para la obligatoria prevención moral de los miles de ciudadanos que diariamente se intoxican con sus basuras televisas, y para que nadie pueda sospechar doblez, fragilidad u oportunismo en quien ocupa hoy la Silla de Pedro.
Dios permita que la Verdad resplandezca y Roma sea, como está llamada a serlo, el Faro del Mundo. Pero si quienes están llamados a custodiar ese Faro, con sus ritmos, sus vibraciones, sus pausas y sus signos, tuvieran un plan distinto, que se cumpla de una vez la súplica de Cristo: “lo que tengas que hacer, hazlo pronto”(Jn. 13,21). Porque el Iscariotismo en la Iglesia tiene la solución teológica en el Campo de Sangre (Hechos 1,17-19).
Pero el Tinelismo no tiene solución alguna.