¿Veinte años no es nada?

Enviado por Esteban Falcionelli en Dom, 30/12/2012 - 11:39am

Unas pocas fotos valen más que mil palabras (antiguo aforismo desde que se inventó la fotografía, obviamente...), y quienes no coincidan -o es porque son unos "pendejos tarados", o porque son unos vejetes de mierda que se chupan un Viagra en el desayuno-, por lo cual váyanse a cagar....

Feliz Navidad

Enviado por Esteban Falcionelli en Lun, 24/12/2012 - 6:09pm

¡Feliz Nochebuena, feliz Navidad!
¡Paz a los hombres de buena voluntad!

¡Feliz Navidad, querida gente!

¡Y aquel que no crea, que reviente!


(Del cancionero popular de Retiro)

¡Un reverendo brindis por Beltrán Agustín!

Enviado por Esteban Falcionelli en Sáb, 22/12/2012 - 11:04pm

- ¿El Carlista fué papá?
- ¡Porsupesto!, de lo contrario el brindis sería al pedo, tarambana
- ¿Entónces?
- ¡Que han bautizado a Beltrán Agustín!
- Sos su amigo del alma pero no has estado allí
- Me importa un carajo -no pude por razones personales y jodidas-; pero sí estoy festejando de lo lindo y me siento como si estuviese con mi amigo del alma.
- ¿En qué consiste tu festejo?

Tango que me hiciste mal

Enviado por El Carlista en Lun, 17/12/2012 - 8:02am

Si nos metemos a tratar de identificar las causas de la decadencia nacional muy probablemente estemos hasta mañana, y así y todo la mayoría se nos escaparían. Parece mejor método acotar la tarea.

Tomando solo una parte que se percibe dañina, quedémonos con algo de lo que se dio en llamar cultura. Ajustémonos a parte de la música.

No diré que del tango a la cumbia villera se llegó sin escalas, pero lo seguro es que cumplió su rol en la perversa destrucción que hoy se hace evidente.

Sobre cruces y lealtades

Enviado por Esteban Falcionelli en Mié, 12/12/2012 - 11:32pm

Hemos recibido de un allegado de este sitio, con pedido de publicación, una poesía cuya calidad artística es ciertamente pobre aunque su autor, muy pagado de sus dotes para tales empresas literarias, ejercitadas, al parecer –atento su dilatada residencia en el conurbano profundo– con especial dedicación en los fines de año en auxilio de los pedidos de carteros y recolectores, a quienes prodiga sus simples rimas y descuidada métrica, no deja de soñar en despertar algún día con la noticia de haber merecido por lo menos el "Cervantes".

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