Bula « Decet romanum pontificem »
Esteban Pablo, obispo, siervo de los siervos de Dios. Para perpetua memoria.
Venerables Hermanos, salud y bendición apostólica.
Corresponde al romano pontífice, por la potestad que le ha sido divinamente confiada constituyéndolo en dispensador de las penas espirituales y temporales, aplicarlas según los méritos con el fin de reprimir el malvado conato de los perversos que con nociva voluntad y depravadas intenciones inducen el cisma y el error en las almas de los fieles.